Pierden el día
esperando la noche
y la noche temiendo
el amanecer.
Séneca
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Regreso a lo mío: a las apuestas, al hipódromo, a las butacas sucias y vacías.
Regreso a lo mío: a las apuestas, al hipódromo, a las butacas sucias y vacías.
A ver a mi viejo caballo, famélico, cansado.
Regreso para verlo trastabillar por los carriles infinitos, contra su voluntad, convulsionando en cada tramo, mientras pienso:
"Qué bello es ver morir a un caballo.
Una bestia inigualable.
Qué bello es ver morir al caballo que amas.
Su pelaje brillante, solo visto por tus ojos.
Qué bello e irónico, abrazar lo que pronto está por partir
y no poder sujetar lo que se va
y desconoces por completo."
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