Yo haré de mis palabras tu prisión
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En la cúspide de la ola, el mar se desvanece en el vértigo. El pensamiento lo asume sin dificultad, como si la metáfora le perteneciera a todos. Pero yo sueño con un mar que desaparece por completo, una y otra vez. Aquí, donde el sonido es el mundo y la espuma una promesa de nueva vida. Me asomo a los miedos, a la imagen que emergerá cuando el océano cruce mis fronteras y se disuelva. Vuelvo a la metáfora, a sus pequeñas misericordias: que el miedo renazca, que la vida regrese, vertiginosa, como una caída sin fin.
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