viernes, 20 de diciembre de 2024

La ruta ilícita Boliviana: 18 de Febrero del 75



“El arte es una cicatriz en el cuerpo de la santidad”


¿No era ese el árbol que querías filmar mientras ardía?
Esperamos a que los químicos revelen su voluntad en la película.
Todo demora, como si la imagen se negara a nacer.

Todo tendría sentido si supiera que una casa existe. Si entre sus muros flotaran nombres como partículas inquietas, provocando tormentas eléctricas. Lo sabes bien: esto no es sencillo. No hablamos solo de un lugar; donde la rabia y la ilusión se levantan sobre ausencias.

Una casa debería ser ese chispazo, un contacto eléctrico que oscurece el horizonte, que deja la respiración suspendida, innecesariamente viva, luminosa. 

jueves, 19 de diciembre de 2024

Otra vez el manicomio del cielo

"La revolución del hombre que olía a girasoles" - 1946


Oh claro, su magnífica luz.
-Déjame pensarlo-
¿Apártala de mi, sí?




[76]

La redención es posible:
seducir los ojos de la furia a través del deseo,
ese que aguarda tras la contemplación.
Las espadas no son más que siervas de la voluntad,
brillan con violencia solo cuando las miradas
se apartan de su filo.


[45]

Habías recogido todo lo que creías esencial de la ribera,
sin pensar que la sombra, esa que refrescaba tu mente en los días soleados,
terminaría arrebatándotelo todo.
Poco a poco sentías que no pertenecías a ningún rincón del planeta,
de ahí tu obsesión por las ruinas,
por lo esencial que el tiempo no logró arrancarle a la voluntad.


[99]

¿Por qué tarda tanto en llegar?
No extraño la sensación de la lluvia,
pero algo, alguien,
debe barrer estas calles llenas de sombras.
Que queden desiertas,
como el desierto que llevamos dentro.

[03]

Déjame bailar y ver sus rostros estrellarse contra las paredes,
con esos gestos desencajados ante el desconcierto magnífico del mundo.






La naturaleza del desastre





"El color me posee, no tengo necesidad de perseguirlo, 
sé que me posee para siempre... el color 
y yo somos una sola cosa. Yo soy pintor."
P. Klee




[45]

Dicen que los nacimientos señalan la llegada de la muerte



[27]

He bailado toda la noche.
Ahora el amanecer me alcanza,
único descendiente del agua evaporándose en el primer fuego.

He bailado con esa mujer que no cree en la niebla,
que nos envuelve como un animal sigiloso.
Escucha el crujir de mis huesos,
destrozados por la música,
mira este baile que nos devora,
que nos hace desaparecer.

Amanece, y no encuentro un rincón para este desastre,
este torbellino de colores convirtiéndose en luz.
Alguna vez lo dijiste:
"Estamos ciegos."
Nos estrellamos contra todo,
y es hermoso ver cómo las cosas pierden su forma.

He bailado toda la noche,
roto mi jaula.
Todos los animales salvajes han escapado.
Mira cómo se devoran entre sí,
cómo soy este espectáculo de sangre.

Querida,
no puedo contener esta sonrisa monstruosa
que empieza a tragarse el mundo.

sábado, 14 de diciembre de 2024

Las nuevas oportunidades y las familias únicas


Día siguiente al "43"

Eras mito con la elegancia infinita del caos. Un himno donde los niños escriben sus nombres en las páginas del futuro que huele a helado de vainilla.


[89]
Llegar a Berlín significó sentirse en casa, ¿a qué podríamos nombrar una casa?, mentiría si digo que tengo un imagen clara de los dos primeros días, solo destellos, una balacera brillante de instantes eternos, ahora detenidos por los químicos de un papel fotográfico, como decía el buen rey lagarto: "El rifle del francotirador es una prolongación de su ojo. Mata con injuriosa visión", la visión del vino, creo que me convertí por un momento en el asesino del fuego, devorando la memoria, mi memoria, para luego descubrir en ella, valiosos tesoros revestido por el olvido. La primera de esta noche a ustedes por su gran arte de no conocer fronteras en los límites de la realidad y tienen razón cuando dicen: "La vida es brillante y vacía como las bombillas que hoy nos ciegan". 

Bonus Track:
Cariño, vaya infortunio el nuestro. Mira la perfección que nos rodea. Por supuesto te hablo del espectro que no nos pertenece. Vaya ironía, creo que algo empieza a quebrarse.



Berlin-Kreuzberg

lunes, 9 de diciembre de 2024

La nausea: El olor de los girasoles

[…]
La redención es posible, 
seducir los ojos de la furia a través del deseo que aguarda tras la contemplación.
 Las espadas son en realidad peones de la voluntad, 
brillan intensamente cuando las miradas se alejan de ellas






Un dragón asciende por mi cabeza.

El nombre de la criatura que lo abstrae es miedo.
Dijimos: Pronto los viajes cesarán.

Cuando el mundo era una idea reciente 
Contemplábamos animales calcinados por el tedio en auroras que nos cubrían de oro sobre el océano.
Mi nombre es O.
Nada de lo que ves me pertenece.

Siento alivio al reconocer el derrumbe que acecha en toda templanza.
¿Cuál es el camino que recorres, enloquecido, buscando el aroma de algo olvidado?

Un dragón asciende desde mi columna vertebral y me enlaza con el cielo.
Cuando cierro los ojos,
me vuelvo una línea finísima que captura el vacío en fragmentos.

W dice que flota sobre un infierno de flores. Tal vez no lo hayas notado,
pero el espanto también tiene pétalos y colores fascinantes.

Mi mandíbula giró 360° al amanecer.
Recuerdo recordar tu nombre, cada vibración que detenía el vértigo suspendido en la breve idea de tu carne.
¿También buscas tesoros en las sombras, donde los ojos abandonan la certeza?

Esta procesión de sentidos, atrofiados por lo verdadero, acaricia los juncos de una infancia detenida por las distancias.

M, sabías que la fortaleza que buscas está enredada en los cabellos de una mujer semejante a mil mujeres de humo.
¿Sabías que guardan un relato?

También secuestraron el mar, el que imaginaron otros,
antes de que golpeara su desesperación contra las piedras.

viernes, 6 de diciembre de 2024

Las mentiras verdaderas


[43]
Ahora que las amenazas se han desplegado y los traidores reconocen en los espejos el rostro que, tarde o temprano, se hundirá en las sombras, la noche llegará. Bendecirá su memoria con un blanco absoluto, con un sonido extendido, tensado como cuerda invisible atravesando sus sentidos.
Sus rostros, deformados por plegarias nunca concedidas, brillan con una hermosura implacable, casi ajena al perdón.


[34]
Ayer, segundo domingo de la chicha blanca en Cusco, la mujer masticaba yuca, los dientes hundidos en la raíz, la risa quebrada en un ritual antiguo, más hambre que gesto. Escupía en un recipiente espumoso, el aire cargado de saliva fermentada, fiesta y tiempo atrapado en la madera del tazón. Masato, decían.

Hoy, en Tokio, la lluvia limpió las calles. Dos mujeres danzaban, hilos tensos entre sus dedos, el golpe de una campana cortando el aire húmedo. Se inclinan, mastican arroz, lo escupen, alimentan al dios de los flujos. Kuchikamizake, el nombre vibra en sus labios. Todo se une: el grano, el agua, los cuerpos entregados.

La saliva cruza océanos, arrastra países, frutos, dioses que ya no miran. Se fermenta la luz, un gesto que parece brotar de la tierra misma. ¿Y en la carne? ¿En el cuerpo? ¿Dónde habita el ritual?

Las deidades se fueron. Partieron antes del acto, antes de la celebración, antes de esa belleza que se escapa de toda palabra.

Queda el polvo.
Quedan los diarios olvidados de los niños en el hospital de Nagasaki.

miércoles, 4 de diciembre de 2024

Reactor #45: La osadía del Uranio

Could these sensations make me feel the pleasures of a normal man?
Joy Division


[Bombardeo sobre la ciudad invisible]
Fez, Otoño del 2024.

[09]
Volver a casa. A esa casa que ahora es polvo, arrasada por el tiempo y el fuego. Lo mencionaste antes, como quien intenta convencerse y olvidar el desastre ocurrido.
Detrás de lo que fue nuestro reino, un bosque se alza, inmenso y ajeno. Sin paredes ni tejados, no sabemos quién fue el primero en huir. Solo dimos los pasos necesarios.
Las casas siempre terminan por ser ruinas: desastres disfrazados de refugios, prisiones dulces donde las muñecas y los tobillos conocen la presión del encierro.
A veces extraño el calor, el recuerdo ardiente del incendio, pero no las cenizas que dejó. 
Nadie construye nada con cenizas. 
Nadie sabe qué es una casa hasta que no queda nada.
Uno se convierte en el peso de lo perdido. 

[37]
4. La fila de hormigas parecía infinita. 32. Una procesión que ignoraba su propia existencia. 93. Miles actuando como una sola. 03. Nada alterará ese flujo perfecto. 21. La lente de una lupa concentrando el sol sobre sus cuerpos. 78. Después del deslumbramiento cotidiano.  66. Caíamos abrazados. 92. Y nuestras cabezas colapsando bajo el peso del sueño compartido. 41. Un pensamiento único atrapado en una semilla. 11. Amando el humo y la desesperación conseguida. 77. El peso de un nombre invisible que en las noches temes pronunciar. 97. ¿Quiénes fuimos para ese orden que ahora regresa como una promesa? 29. La columna interminable de cuerpos se pierde en el hormiguero de la memoria. 93. Aparece la imagen de un insecto fragmentado, que entra y desaparece para siempre, divido en su nuevo hogar.

[17]

Ser un satélite olvidado, un ojo demente que lo devora todo.
La luz talla la madera, abre grietas donde la vida se esconde. Luego el barniz, espeso, sella lo que ya no respira.
Elevo mi voz hacia un altar de latidos. Frutos abiertos donde los jugos corren y disuelven la amargura.
Dentro de mí resuena un eco, una partícula mínima que insiste en completar un gesto se encienda. El océano me inunda, llena mi boca con lenguas familiares.
Alzo mi voz hacia un espacio donde los latidos se transforman en rituales, ceremonia de frutas donde se deshace la amargura.
Llegué tarde para verme sonreír. 
En su lugar la saliva, baja arrastrando consigo el peso muerto de una luna atravesada en mi garganta.