sábado, 29 de marzo de 2025

El odio colectivo: Deja que el miedo te moldee.




El escrutinio del amor bajo la presión del yo.
Desde allí vimos lo arrasado.
Lejos de todo,
intentamos estar a favor y en contra nuestra.

Esta casa se alzó para albergar a quien la reclame.
Es su dominio.
Nada imitará su derrumbe.

Mi familia, tentada por la fatalidad,
resplandece entre los restos.




*

La vida es un simulacro no despierten a los niños, después de todo este aire siempre fue el humo de un gran incendio.


**

He deseado hacerlo, una y otra vez, pero no logré ser fiel a toda esa luz filtrada por la ventana. He intentado aferrarme a la vida como a un madero, como el redentor a su símbolo invaluable. ¿Acaso aquellos que lidiaban con la duda en el monte conocían el resultado?

El canto se ha extinguido. El mismo día que aprendí algo sobre aeronáutica. Se apagó a pesar de la multitud reunida, aquella tarde en que todos los caminos eran posibles. Las horas pasaron, el humo cubría hasta los sueños de quienes juraban oír una voz.


¿Un animal mítico oculto entre la densidad de la ceguera?

Todo ha sido disuelto.

La nube enfrenta a los enemigos. Caen los aviones, sombras que de pronto pierden consistencia. Nada quedará cuando la cálida niebla desaparezca, solo un vestido meciéndose en las ramas del viento, la luz brutal, los árboles que ya no son los mismos.

He tomado mi revólver sin culpa, como quien arrastra la vida por el cuello y la expulsa de casa.

Luego comenzaste a cantar y todos siguieron el ritmo frenético. Nada quedó después, nada.

Cuando la suerte cambió, los fuselajes derribados habían desaparecido. Puedo ser un santo entre los fierros retorcidos. Observa la fe, que convierte el acero en una madeja de lana acariciándome.

La redención es posible.

Seducir los ojos de la furia a través del deseo y la impotencia.

Las espadas son peones de la voluntad, brillan intensamente cuando las miradas se alejan.

Puedo saber algo de ti en los periódicos que llegan en los barcos. Aun cuando las noticias sean ocultadas. Estás sola y desesperada. No es necesario anteponer la risa.

Ayer mandé traer la cabeza de la bestia, la de un toro salvaje que aterroriza los pasillos. Pienso en tu carne mientras el cielo de Berlín atraviesa mi mente como una saeta bendita lanzada por un dios iracundo. Pero no importa. Todo se ha deformado por una voz, a pesar de los gritos.

Lo que existe en su lugar es una fiebre, una locura que mantiene los huesos unidos.

Me gusta el pasado. El sonido de guitarras rasgando los labios de una mujer.

El invierno más crudo. Este invierno. La nieve ha cubierto todo espacio posible. Solo Rembrandt se ha salvado en sus pinturas. Es una línea de pólvora.

¿Ves el humo tras sus pasos?

En el teatro se ven los rostros. ¿Importa que actúen mal? ¿Has oído a la violinista soviética? Realmente pensé que era libre. Pensé en saltar sobre las butacas, desnudarme y gritar como un recién nacido. Pensé en correr por los jardines de Versalles. Observarlo todo, hermoso y metálico, como un satélite espía.

Aún todo estaba cubierto por la niebla. Sus memorias eran blancas.

Yo dejé en ellos una herida que no podrán curar.

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