EL PEQUEÑO SCHRÖ
Madre, llevo un avispero por corazón,
llevo una semilla germinando en mi cabeza,
ya no sé cual es el ruido que debo seguir de sus raíces,
¿madre cuando todo esto crezca cual rama debo cortar?
Divertidos los juegos en los que nos mecemos. Las fabulaciones que nos dan vida.
Los pequeños roles en los escenarios de la probabilidad.
¿Así podrías llamarte?
Probabilidad ama las mañanas soleadas y el aroma del café en la cocina.
Las cosas simples, atadas con una cinta azul. Es importante que algo del mar esté siempre presente entre las cosas.
¿Lo sabemos, no?
Las cosas inmensas tienen que estar presentes.
Probabilidad es buena con los números, con la multiplicación de sonrisas, con los problemas de gobernabilidad en las estaciones climáticas.
—Todo a su tiempo —piensa, pensamos—
Y el ahora insiste como un animal espantado por la calma.
Sí.
La calma llega, y todos los espacios de la casa vuelven a echar raíces.
Ya por la noche había soñado la escena.
No me esforcé en pensar: una vez retiradas todas las vendas, todo se vería claramente con el tiempo.
Probabilidad teje por las noches historias de cacao en alguna selva tropical, sentada al borde de su cama.
Papel canela sobre el regazo invadido por una breve luz.
Toda esta multitud me grita: lanza el dado. Caerá siete, y ella tendrá un nombre.
Así construí mis propios dados y excluí al siete de ellos.
La madera aún estaba húmeda. Por lo tanto, pedí por ellos, por su sacrificio.
Lógicamente, expliqué los porqués. Intenté ser muy honesto.
Siete será el número que me dé su rostro, definitivo, entre una larga cadena de cifras girando.
—Miren —les dije—, haré que Probabilidad sea siete y mi corazón, una taza de café caliente.
Piensa: mañana temprano mi cuerpo reposará sobre la cama, y tal vez sea un magnífico mineral, moldeado por los años.
Dejé que un delgado manto de flores cubriera el reloj, que convulsionaba apasionado.
Siete
Siete
Siete
Probabilidad tiene un rostro, y yo un pozo en el pecho donde se refleja.
Así, saqué del bolso de algodón un pequeño recipiente.
—Lloverá —pensé.
—Lloverá —pensamos.
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