viernes, 27 de agosto de 2021

''El despertar del monstruo''


-Había una vez una cueva tapada por una piedra muy, muy grande. Las leyendas decían que dentro había un monstruo dormido.

El niño más infeliz de la aldea habría dado lo que fuera para dominar el mundo.
El niño le preguntó a un anciano: “¿Cómo puedo despertar al monstruo?”. El anciano lo contestó: “Tienes que llamarlo por el nombre de la persona más amada en el mundo”.
Precisamente ese día había una boda en el pueblo. Todos cantaban y bailaban felices.
El niño vio a los novios y pensó: “¡Ahora ya sé quién es la persona más amada en el mundo!”
El niño fue a la cueva y gritó: “¡Mazenka! ¡Pepîcek!”, pero aquello no despertó al monstruo.
En la aldea había un hombre muy fuerte al que todos admiraban.
El niño pensó: “¡Ahora ya sé quién es la persona más amada del mundo!”.
El niño fue a la cueva y gritó el nombre del hombre: “¡Jiri!”, pero aquello tampoco despertó al monstruo.
En la aldea había una muchacha que cantaba muy bien y hechizaba a todos con su voz.
El niño pensó: “¡Ahora ya sé quién es la persona más amada del mundo!”.
El niño fue a la cueva y gritó el nombre de la muchacha: “¡Magdalenka!”, pero tampoco así despertó al monstruo.
En la aldea había un abuelo y una abuela que llevaban muchos, muchos años casados. Tenían un montón de hijos y nietos.
El niño pensó: “¡Ahora ya sé quién es la persona más amada del mundo!”.
El niño fue a la cueva y gritó el nombre de los abuelos “¡Bozenka! ¡Venousek!”, pero ni con esas despertó al monstruo.
Al ver tantas personas amadas el niño se sintió como si dominara el mundo y se olvidó de la cueva.
Pero un día encontró a una mujer que lloraba sola en un lugar apartado de la aldea: “¡Mi hijo se ha perdido! ¡Se lo han llevado los duendes!”.
La mujer le contó llorando cuanto amaba a su hijo y le dijo su nombre.
El niño se quedó asombrado: “¡Ahora ya sé quién es la persona más amada en el mundo!”.
El niño se fue a la cueva y gritó bien fuerte su nombre.
La piedra se movió lentamente. Cuando el niño vio al monstruo…
Grush, Grush, ñam, ñam, grumpf, grumpf… ¡Glucks!

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