Redención:
Quemar lo que amabas.
El precio de la ceniza.
El precio del nombre.
Venir aquí es jugar a la ruleta rusa pero con todas las balas cargadas. Aún así los veo llegar todas las noches. Si pudiera decir algo por ellos, si pudiera siquiera aproximarme a oír lo que sus dientes rechinan, pero no hay nada que pueda ni deba hacer.
Solo mirar como gira el tambor como gira la noche, verlos girar como astros desconocidos a punto de chocar.
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