Okinamaro ¿Donde estás?
Ven a morder a la Dama Myobu
Midori detiene el flujo del río
Llena mi espalda de sumas y mi pecho de restas
Una y otra vez
Como un mantra que destruya la tierra.
Nada ha cambiado desde entonces
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Nada ha cambiado desde entonces
Tampoco nuestra fascinación por la muerte
Hay quienes buscan su olor en el regazo de un día perfecto
En comunión con sus miedos
Pero hay otros que aman morir un día cualquiera,
sonriendo o bailando,
entre la gente o los árboles.
Ama lo inesperado
Ama lo inesperado
El rayo que incendia el árbol que todos ignoran,
pero que arde en la memoria de los niños.
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