jueves, 16 de enero de 2025

Los nuevos rituales


Hay cosas más altas
que llorar amores perdidos;
El rumor de un pueblo que despierta.
M. Scorza.




63

Era la plegaria diaria la que encendía mi hogar.
Tuve un nombre en cada estación donde habité la calma.
Retorno ahora al territorio donde las banderas no han dejado de flamear.
La selva respiraba nubes cuando la piel era prisión amada.
Supe entonces la forma de su revelación:
los troncos roídos por los años crujían su cansancio,
ardían en ellos los albores de un sueño próspero,
inimaginable para el corazón terrestre.

Así, instalado este régimen de dulzor incomparable,
la caricia era obligación absoluta llegada la primera estrella.
Cuando esta casa tuvo su primer habitante,
preguntaron las voces la causa de sus cimientos,
el nombre de una deidad desconocida entre los jardines abandonados,
el aleteo ensordecedor de la primera migración.

¿Para quién levanta este imperio el sol cada mañana?
Sus días atravesaron los campos donde la muerte
cuidaba sus primeras criaturas tibias por la añoranza.

Para cuando el sol cayó,
esperaba el regreso de las aves que migraron,
el conocimiento del mundo en su primer graznido.
Su primer amor, sumergido en el aire, atendió su primera pregunta:

Aleteo de aves.
Tu primera palabra.


13


El deleite gira en los ojos de los escogidos, un hilo dorado que arde rojo en la cúspide de los templos que se disuelven. El amor se hunde, coral suspendido en la espera infinita. Los peces se multiplican en la conciencia líquida del dios caracol. Todo se pierde en la memoria subterránea de los hongos, en la risa hueca del caparazón. Una y otra vez arden en la dicha, una y otra vez vuelven polvo, una y otra vez destellos de luz ultravioleta.

jueves, 9 de enero de 2025

Rostov ardiendo 1345


Triste primate fascinado por el oro




[…]
La venganza es una virtud democrática.
Gonzalo Arango



[121]

Oh sí, estamos lejos mirando cerca desde siempre.


[267]

Baja a la tierra, serpiente dios.
Un picaflor dorado juega en el aire.


[287]

Presientes, añoras, deseas. Un canto submarino, un coral resplandeciente. Todo parece dormir, inalterable a las corrientes. Espero la primera ráfaga invisible que mueva los cuerpos a la vida que es ajena, el viento ligero que sopla en los resquicios, que silba, que simula un lenguaje.


[313]

Ya estábamos en el aire. En las cavernas, resonancias diminutas se atrapaban, vestigios de júbilos anteriores a esta fiebre. Ángeles descendían a menudo: altos, ajenos, con alas que no pertenecían al aire. Un mapa del principio se dibujaba entre hojas saturadas de triunfos dorados, naufragios íntimos de un orden roto. Civilizaciones apagadas en el clímax de la fuerza atómica.

Imagino tu sonrisa: un relámpago suspendido bajo la inversión de los polos.

Desde entonces comenzó la verdadera lucha. Metal y fuego moviéndose desde los cuatro puntos cardinales, como bestias recién nacidas.

"Esta voz se arquea por su peso y caen sus frutos hacia los cielos".

miércoles, 8 de enero de 2025

La mejor de las decepciones

PRIMATE ESENCIAL



"No hay nada que aprender del éxito. 
Solo se aprende del fracaso"

[456]

Un film hermoso, el secuestro como un viaje inevitable hacia la venganza. Zé, fría y desnuda, vibra en su acero y neón. La noche se abre como un abismo, perfecta para la redención, para que los idiotas sigan aferrados a sus sueños rotos. Los amantes desaparecen, los colores de la lujuria se evaporan en el humo.

Ellos tenían miedo, lo sé. Desde la ventana, ese olor amargo, químico, como si el mundo mismo se descompusiera. Luego el temblor, la carne que recuerda su fragilidad.
Dios, si existe, no está aquí esta noche.



[137]

Todos nos esperan allá afuera. Cierra las puertas, siléncialos.
Atraviesas la noche, un rayo blanco desgarrando la tempestad de las pupilas del mundo. Las puertas que negaron el sol a tu generación se abrieron para ti, para que habites esta luz amarga. Desde otra dimensión, tus pasos ya sonaban, anunciando una poderosa enciclopedia de tragedias humanas, tu única devoción.

Pintaron esta tarde, una más de las infinitas. Yo creía que hablabas del amor, pero era un amor hecho de muertes acumuladas, de rupturas irreparables. Un baile eterno, abrazado a la cintura de lo negro en lo indescifrable.

Ahora intento reclamar esos fragmentos, los que caen de los aviones, arrasados por temporales que desgarran el amanecer. Por ahora, dormiré aquí afuera, lejos de los sueños de los otros.
Porque siempre supiste que tu nacimiento sería el gran acontecimiento en la vida de todos los desconocidos.

domingo, 5 de enero de 2025

El secreto: Monos oportunistas

LA SOLIDEZ DE LAS SOMBRAS
El primer delirio de Zé 



Empezamos cuando la madrugada nos era ajena
Cantábamos para que nadie nos escuchase
Cantábamos por el vino que no pudimos robar


"Life is never kind
Life is never kind
Oh, but I know what will make you smile tonight"

[173]

Una máscara y seré feliz

[234]
 
Lentamente, como una tortura, haz de tu corazón un origami. Entrégalo a quien encuentre belleza solo en tu luz.


[251]

Era irreemplazable el peregrino en su ascenso, en la búsqueda desaforada de la raíz equivocada. Luego solo fue la fábula viva en las conversaciones nocturnas, el sueño recurrente en los niños que abrazan el olor familiar cuando son atravesados por la imagen turbia del mundo. Ahora la niebla evoca un balbuceo, quizás un nombre cercano a alguna entidad, pero el viento ha alejado todo cuerpo, de este impulso, toda noción maravillosa de esta instancia humana.


[93]

Una casa custodiada desde el amanecer. Mi casa. Se abre un camino que no anuncia la primavera. Ignoro el nombre del milagro y el de las gotas que caen desde lo alto. Hablo, entonces, de criaturas veloces que olfatean visiones. El camino se cierra, la nube sigue su rumbo. La corriente me empujó hacia adelante, deshojando el mundo, mientras cantaba:
“¡Miren sus piernas endurecidas por el dios de las alucinaciones.
Miren desde la cima de su ruina”.

Enloquecimos con el canto de las aves, bajo el aire agitado de sus alas. Es la ventura del hombre: una dentadura frágil que derriba árboles en absurdas peregrinaciones al centro de las tormentas. Encendidos en la memoria volátil del cáñamo, brillamos desde el exilio deseado. Convulsionamos, incapaces de comprender el orden natural del día. Mantuvimos en cautiverio el fuego preciso.

Proclamamos nuestra la tierra donde las ballenas van a morir. La espuma prodigiosa de sus bocas se funde en la arena. El primer desgarro de carne volando lejos de toda unidad soñada. Los territorios donde solo las suposiciones hacen reales los abismos.

Pequeños suicidas conocen la extensión del imperio de la voluntad, capaz de derribar toda frontera. El éxodo de la luz a través de la selva deja a la noche con un único órgano vital e indescifrable. La mecánica de la sombra diseña la cuadratura del cielo.



[171]

Llovía desde antes. Sus plumajes humeaban la travesía en el laberinto de luces. Forjados en la química, sus mentes fueron soles inigualables para ojos desprevenidos. ¿Qué estructura podría ser llamada lúcida ante su errático delirio de revelaciones?

Los recuerdo como voces en la oscuridad inminente, deviniendo en criaturas preciosas sobre las plataformas de elementales, niños hermosos en autobuses infinitos, inducidos a la introspección en los metros, emergiendo a la superficie despreciable de la creación.

Eran bombas. Mecanismos delicados de destrucción masiva, estallando en los cimientos del día establecido. Una voz afilada para la cacería en la guerra declarada desde siempre.




viernes, 3 de enero de 2025

VOLUNTAD Y PREFIGURACIÓN DEL PARAÍSO (1953), Eduardo Anguita


[...]

Una última palabra. Amo la Verdad y amo la Vida. Amo la Verdad y la Vida; ¿son irreconciliables? Rimbaud, al final de su ´Estación en el infierno´ clama por "(...) poseer la verdad en un alma y un cuerpo". ¡Imbécil! ¿No te lo había dicho San Juan: "Y el Logos se hizo carne"? Y el propio Hijo de Dios, ¿no habló así: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida"? Logos y Vida: he ahí el Paraíso.



miércoles, 1 de enero de 2025

Liu, nunca dejes de llover


Okinamaro ¿Donde estás? 
Ven a morder a la Dama Myobu
Midori detiene el flujo del río
Llena mi espalda de sumas y mi pecho de restas 


[131]

Una y otra vez 
Como un mantra que destruya la tierra.

[32]

Nada ha cambiado desde entonces 
Tampoco nuestra fascinación por la muerte 
Hay quienes buscan su olor en el regazo de un día perfecto 
En comunión con sus miedos 
Pero hay otros que aman morir un día cualquiera, 
sonriendo o bailando, 
entre la gente o los árboles.
Ama lo inesperado 
El rayo que incendia el árbol que todos ignoran, 
pero que arde en la memoria de los niños.