ESTABA TAN CEGADO QUE HABÍA OLVIDADO AL MONSTRUO DENTRO DE MI.
La ternura me preguntó por sus desaciertos, por la sombra que ya no lo acompañaba.
"Lupus est homo homini,
non homo,
quom qualis sit non novit."
[...]
Esta sombra tiene un cuerpo,
una delgada capa donde nos refugiamos
deste horrendo sol.
[...]
73. Olía a mar. 43. Ya lejos es imposible. 21. Cuida de él y de su rabia. 34. Repetirse una y otra vez como en los álbumes de los mundiales. 22. Nuestro tesoro es la distancia que construimos cuando el muro de Berlin caía. 00. Descubrimos la posibilidad de ser invisibles. 98. Radares soviéticos rastreando la superficie del espíritu de mi abuelo en el hospital de policías. 82. Una breve memoria sobre el vuelo de Gu Gan perseguido por hormigas en Vietnam. 62. Todo esto sucede mientras le arrebatas otra bocanada de aire a quién sumergido divisa un cuadro de Paul Klee en el océano.
Asociación libre en los talleres de niños en Rostov.
Febrero del 32.
[...]
Mi hermano, imposible en la nomenclatura humana. Raíz fundamental en lo incierto. Bailamos toda la noche, hasta que el negro fue reino absoluto. Balancearse. Tomar la cuerda, girar como monos. Juegos artificiales incandescentes en la memoria. El olor del licor y la canela. Este traspié fue el mejor paso de la historia. Después de aquel aparatoso accidente de la bella princesa de la realeza, no me detuve sino hasta que ya no hubo noción del camino.
Entonces supimos, con certeza, el movimiento de cada planeta. Nos deslizamos sin problemas montaña abajo. Prometiste hablarme de cada especie, aun de las no observadas por el hombre. Pero mi pregunta era mayor: qué podría decirse de nosotros.
Hablamos de ríos que devoraban poblados enteros. Quizás comprendí este acercamiento al sol, ese dolor que acompaña a los que no han iniciado el viaje. Transparentados en la respiración novísima de la tierra, avistamos nuestras sombras. Bandadas de papagayos huyendo, golpeándose entre sí en el desconcierto. Ceremony en nuestras cabezas después del estallido de los parlantes. Todas las botas hundiendo la tierra.
¿Recuerdas el sonido seco en la nuca? Te vi ligero, acompañado de las plumas de colores que caían. Momentos después del acto de magia. Momentos después de abrir todas las puertas. No queríamos ningún sol en la habitación. Alternancia de luces indescifrables. Fue un accidente donde nuestros nombres quedaron grabados. Héroes mediocres. Nadie habla de estas hazañas.
Qué podría decirse de nosotros, saltando entre las ramas de la mañana clandestina. Yo tartamudeo la melodía que mide la distancia que nos separa. El río se ha llevado las voces de los niños para esparcirlas por la selva y los altoparlantes.
Memorías Geométricas, 1234
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