Ella había desaparecido súbitamente, junto a todas mis molestias y preocupaciones, sus palabras se la tragaron sin tregua. Yo, solo tenía ganas de devorar el mundo. Berlín era un pueblo pequeño para mis revelaciones mientras iba corriendo de lado a lado, gritando:
¿Acaso no lo ven?
Algo parecido ha dios ha desaparecido todos mis males.
No hay comentarios:
Publicar un comentario