martes, 25 de noviembre de 2025

La osadía del Uranio 1932 - Reactor #45

[Bombardeo sobre la ciudad invisible] 
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09. Y esa fila de hormigas era infinita en ese entonces. 77. Miles igual a una. 12. Nada alteraría el orden de ese movimiento, ni una lupa aproximando el sol a sus cuerpos. 00. Luego de comer helado en el almuerzo familiar, nos abrazábamos fuerte hasta que nuestras cabezas caían. **Un pensamiento único atorado en una avenida donde decías que la amabas entre el humo, robos y desesperación** 99. La camisa manchada por el peso del nombre que en las noches temes pronunciar. [De esta casa no salgo más para luego entrar por la ventana e incendiar el mundo] 11.Qué debí representar para ese orden que continua en mi memoria, esa columna de pensamientos entrando a un hormiguero incansablemente, para que de vez en cuando un insecto seccionado entrara en él para perderse por siempre.



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Volver a casa. A esa casa que ahora son cenizas. Ya lo habías mencionado. Atrás de lo que fue un reino para nosotros ha crecido un bosque. Sin casa alguna no sabemos quien fue el que terminó por huir. Solo dimos los pasos suficientes. Sabemos que una casa puede convertirse en un desastre. Una prisión adorable. Con el tiempo se extraña la presión en las muñecas y en los tobillos. Hubiera preferido quedarme con el recuerdo excitante del fuego y no con las cenizas. Uno entiende que no puede levantar una casa con cenizas. Uno nunca entiende que es una casa. Uno espera conocer la levedad de las cenizas. Uno busca con el tiempo otros reinos.


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