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73. Olía a mar. 43. Ya lejos es imposible. 21. Cuida de él y de su rabia. 34. Repetirse una y otra vez como en los álbumes de los mundiales. 22. Nuestro tesoro es la distancia que construimos cuando el muro de Berlin caía. 13. Descubrimos la posibilidad de ser invisibles. 98. Radares soviéticos rastreando la superficie del espíritu de mi abuelo en el hospital de policías. 82. Una breve memoria sobre el vuelo de Gu Gan perseguido por hormigas en Vietnam. 62. Todo esto sucede mientras le arrebatas otra bocanada de aire a quién sumergido divisa un cuadro de Paul Klee en el océano.
jueves, 30 de octubre de 2025
lunes, 27 de octubre de 2025
Un año más de eternidad
FRAGMENTO Y COMENTARIO DE VICTOR RUIZ
Hoy serían ochenta y cuatro, querido lobo. Un añito más ganado a la eternidad. Por eso viene este regalo para todos quienes te quisimos, el canto primero de Muerte de York.
Este 2025 se cumplen sesenta años del asesinato de Luis de la Puente Uceda, el líder del MIR a quien Rodolfo le dedica el libro. Han pasado la misma cantidad de años desde su escritura y casi el mismo tiempo que estuvo perdido, pero que, con la ayuda de Carlos Carnero, ha vuelto para pronto estar en sus manos:
1
En el viento que huye y la luna de Occidente, en
este sol enfermo que tritura las raíces, y en las vaharadas
del Acontecimiento que resuenan en linfáticas playas,
Jano Bifronte
yergue sus dos cabezas. Otea
las paradójicas edades de los hombres, y se reconforta
con hidromiel y sedas. Una coraza negra y amarilla. Una vibrante voz
que anuncia que los tibios van al infierno. Al infierno metafísico, o sea
a lo desconocido sin amor, a los brazos de los que ofenden a la naturaleza
porque antes fueron ofendidos por la naturaleza. Allá ellos, digo, allá ellos.
Jano!
Mago del silogismo y la parábola, igual que Cristo el joven. Una de tus caras
de barro y madera, la otra de vidrio y aluminio. En una de tus frentes
la machacada malicia, la otra hirviente de tiernas hierbas. Una de tus caras
mirando a la tragedia, otra al renacimiento. Oh, te pondremos una corona
de espinas, un báculo de acebo, y tu cabeza errante, sacudida
por el error de las esferas, sangrará de época en época, y
plantaré el olivo en quebradas temibles.
Jano!
Una oda pindárica y un relato de ciencia ficción: entre ellos a veces
no cabe la punta de una aguja, a veces vastos siglos de mineral ardiente,
a veces no cabe el aliento de un fantasma, a veces caben ciudades hiperbólicas,
arbitrios planetarios. Así sea. Hay trampa en lo moderno, y hay trampa en lo
clásico. No hay palabra que atraviese tres épocas o tres años
sin rajarse como un cráneo esponjoso, o desaguarse como un barril de aceite
sobre la pista pulida de las intenciones. La experiencia humana rebasa
cualquier símbolo, y no sobrevive en el símbolo.
Jano Bifronte!
Cúbreme los ojos con algodones empapados en colonia. Ver mata. Que yo
recuerde y no recuerde que el Hijo del Hombre era joven, que reconocía
su ingravidez y elasticidad caminando desnudo bajo la luna,
a la orilla de los ríos soberbios. Ah elástica y divina perfección! Que recuerde y no recuerde
la ciudad de Utopía columpiada en el aire por ángeles aciagos.
Mitos desbarrancados por manos de la Época, mitos nonatos, o de nuevo nacidos
bajo la cruda ovación de la luna de Occidente.
viernes, 24 de octubre de 2025
Las últimas lecciones
Ella tiene una idea retorcida de la belleza
La fugacidad de los instantes hermosos
Días de resurrección, suspendido entre bocinas furiosas.
El pie derecho roza el planeta al caer a toda velocidad: una belleza de astro disfuncional.
Besas el aire viciado por un millón de bocas.
Trepas el día huyendo de los perros que muerden las torres de alta tensión que sostienes.
Anda, pequeño, este desastre lo hicimos juntos.
Esta ruina y su memoria nos pertenecen.
Esta danza bajo el sol de los vencidos.
Nada detendrá tu sonrisa estropeada por la felicidad.
Nada impedirá que este infarto llene de luz tus ojos,
esa alegría inconmensurable en la que ardes.
Anda, pequeño, sonríe: vienen los viejos amigos, verdes de tanto esperar.
Enciende ese pedazo de alma y pásala sin quemarte los dedos.
Antes que se consuma, pásala para salvarnos.
Enciéndela
Sálvanos
lunes, 20 de octubre de 2025
Habitar el absurdo desde la ternura
ESTABA TAN CEGADO QUE HABÍA OLVIDADO AL MONSTRUO DENTRO DE MI.
La ternura me preguntó por sus desaciertos, por la sombra que ya no lo acompañaba.
"Lupus est homo homini,
non homo,
quom qualis sit non novit."
[...]
Esta sombra tiene un cuerpo,
una delgada capa donde nos refugiamos
deste horrendo sol.
[...]
73. Olía a mar. 43. Ya lejos es imposible. 21. Cuida de él y de su rabia. 34. Repetirse una y otra vez como en los álbumes de los mundiales. 22. Nuestro tesoro es la distancia que construimos cuando el muro de Berlin caía. 00. Descubrimos la posibilidad de ser invisibles. 98. Radares soviéticos rastreando la superficie del espíritu de mi abuelo en el hospital de policías. 82. Una breve memoria sobre el vuelo de Gu Gan perseguido por hormigas en Vietnam. 62. Todo esto sucede mientras le arrebatas otra bocanada de aire a quién sumergido divisa un cuadro de Paul Klee en el océano.
Asociación libre en los talleres de niños en Rostov.
Febrero del 32.
[...]
Mi hermano, imposible en la nomenclatura humana. Raíz fundamental en lo incierto. Bailamos toda la noche, hasta que el negro fue reino absoluto. Balancearse. Tomar la cuerda, girar como monos. Juegos artificiales incandescentes en la memoria. El olor del licor y la canela. Este traspié fue el mejor paso de la historia. Después de aquel aparatoso accidente de la bella princesa de la realeza, no me detuve sino hasta que ya no hubo noción del camino.
Entonces supimos, con certeza, el movimiento de cada planeta. Nos deslizamos sin problemas montaña abajo. Prometiste hablarme de cada especie, aun de las no observadas por el hombre. Pero mi pregunta era mayor: qué podría decirse de nosotros.
Hablamos de ríos que devoraban poblados enteros. Quizás comprendí este acercamiento al sol, ese dolor que acompaña a los que no han iniciado el viaje. Transparentados en la respiración novísima de la tierra, avistamos nuestras sombras. Bandadas de papagayos huyendo, golpeándose entre sí en el desconcierto. Ceremony en nuestras cabezas después del estallido de los parlantes. Todas las botas hundiendo la tierra.
¿Recuerdas el sonido seco en la nuca? Te vi ligero, acompañado de las plumas de colores que caían. Momentos después del acto de magia. Momentos después de abrir todas las puertas. No queríamos ningún sol en la habitación. Alternancia de luces indescifrables. Fue un accidente donde nuestros nombres quedaron grabados. Héroes mediocres. Nadie habla de estas hazañas.
Qué podría decirse de nosotros, saltando entre las ramas de la mañana clandestina. Yo tartamudeo la melodía que mide la distancia que nos separa. El río se ha llevado las voces de los niños para esparcirlas por la selva y los altoparlantes.
Memorías Geométricas, 1234
viernes, 10 de octubre de 2025
El tedio de su respiración
«Hay una calle que mi corazón se ha robado de los barrios de mi infancia».
Forugh Farrojzad
[4511]
Regreso a la mío, a las apuestas, al hipódromo. A las butacas sucias y vacías, a ver a mi viejo caballo, famélico y cansado. Regreso para verlo trastabillar por los carriles infinitos, con toda la voluntad del mundo convulsionando en cada tramo, pensando.
"Qué bello es ver morir un caballo. Una bestia inigualable. Qué bello es ver morir al caballo que amas. Su pelaje brillante solo visto por tus ojos. Qué bello e irónico, abrazar lo que pronto está por partir y no poder sujetar lo que se va y se desconoces por completo"
Y aún no has visto nada. No sabes lo que puedo imaginar, no comprendes la magnitud de este asalto. Buscarás aire para decir lo que pierde forma. Necesitas saberlo, con urgencia, pero ignoras el hilo que sostiene la vida. Nada puede purificarte, y aún así insistes en tener un nombre.
Yo te mostraré por qué los niños temen a las casas abandonadas.
[Cambio y fuera]
miércoles, 8 de octubre de 2025
Las rutas del oro ilegal
Hablaremos primero de alguna suposición:
Juliaca: T.
Bryan J.Ch.j Ministerio de PDF ja!
¿Si no estoy aquí quién arruinará los sueños de los idiotas?
martes, 7 de octubre de 2025
Alucinógenos divinos
“Si buscas un significado, te perderás todo lo que sucede"
Andrei Tarkovsky
Desaguadero, 12:33. Estoy fuera del Perú desde hace dos horas, pero aún no dentro de Bolivia. Camino sobre un puente que une dos países hundidos en su propio delirio. El puesto migratorio permanece ciego: un apagón ha borrado sus relojes.
Una mujer de polleras me invita: —Joven, cruce, viaje sin miedo, esto ya es Bolivia—.
No avanzo. Espero hasta verla perderse en la sombra de una caseta apagada. Regreso, alquilo un cuarto de 2 x 2.5 metros: un cubo perfecto. En lo alto, molduras de yeso devoran la luz; una lámpara antigua respira entre azulejos como si fuese reliquia de otro siglo.
Pero el comienzo fue hace nueve horas en Arequipa, ciudad orgullosa de su caos. El chofer de la minivan rumbo a Puno decidió desviarse a Juliaca. Motivo: recoger a su novia.
—Usted también tiene a alguien en el corazón —me dijo, antes de hundirse en caricias.
Yo, ajeno, calculaba la geometría de los horarios, el milagro improbable de llegar al bus en El Alto. Dudé, marqué números. Pregunté por certeza. En vano. El Perú es un mosaico de voces sin dueño, un archipiélago de oficinas inventadas. Distancias y relojes son humo.
Anoté en mi mente un top de respuestas, un museo del absurdo:
Policía de turismo en Puno: dos jóvenes distraídos en Facebook me informan: “La frontera cerró hace una hora. Abre mañana a las seis”.
Recordé haber cruzado el año pasado a las 8:30. “Eso ya cambió”, dijeron, como si el tiempo fuese un animal en fuga.
Una amiga en Puno juró: “La frontera cierra a las ocho. Mi amigo es aduanero”. Repetía la sentencia hasta volverla plegaria.
El poeta-boxeador, que aún me debe un Jack Daniels, dictaminó: “De Puno a Desaguadero son cuatro horas. Los demás nunca han viajado”.
Ahora sonrío frente al apagón. Imagino a la señora de polleras caminando ya por La Paz, mientras yo permanezco suspendido en el lago: un limbo tejido por agua y fronteras invisibles.
Alguien me dice:
—Bienvenido, esto es Bolivia.
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