Éramos animales enamorados del humo, nada más que eso.
[Mantente ardiendo]
Eras un lugar extraño. -No puedo con esto, me dijiste-. Toma tus cosas, tus vestimentas vacías de tanta luz. Un jardín olvidado, familiar. -Cierra tu camisa, no quiero que el viento entre en la casa-. Un jardín familiar en las paredes y en el cielo, despejado de todos los rostros. Para cuando vuelva todo será igual y estarás aquí, sin importar la estación. -Ya no quiero más de esos garfios que llamas palabras, de donde cuelga tu piel-. El cielo despejado en la tierra colmada de otras criaturas. -Golpearás el aire con la melodía de tu infancia para poder entrar, pero no te reconoceré-. Afuera brillan por la sombra tus juguetes y la espiga de tus ojos germina sin que nadie se percate. Afuera, en el jardín, se oxidan con el agua que bebes las voces de los pájaros que no aprendieron a volar.
[Estudio de la radiactividad en una casa a las afuera de la ciudad]
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