Amo todo lo que fluye,
todo lo que contiene el tiempo y el porvenir,
que nos devuelve al comienzo donde nunca hay fin.
Henry Miller
Ni el paisaje mismo sabrá que una de sus hojas es un animal.
ALEGORÍA PRIMERA
Ella no entiende que los helechos se marchitan en su mejor estación, que la lluvia escasea a pesar de los días nublados. Por esta calle podemos ver morir al sol una y otra vez, como el recuerdo de mi padre sentado en el sillón familiar. Mientras los niños desmantelan los autos de la noche para luego ser estrellas empotradas en las autopistas.
1989 veces tu nombre subversivo pintado en las paredes de la ciudad, sin descanso hasta hoy. La policía nunca tuvo una descripción acertada de lo ocurrido. Podría permitirme, para bien de nadie, este pedazo de cielo. Ayer lo quisiste rojo. Durante todo el conflicto, a pesar de los peligros.
1989 pensamientos incendiarios en la unidad de la muerte. Sin causar disturbios entro en el día ordenado, como la mesa del comedor diario: impecable a pesar de la pólvora y las flores. Sobre las esquirlas del día, la sombra de la bestia que besa tu frente nos refresca y nos recuerda todos los estallidos que han llegado a conformar una melodía de Stravinski en su tiempo.
Siempre serás un demonio, a pesar de tus alas y de la blancura de tus harapos, me susurras al oído. Siempre serás ese pasajero que perdió el boleto de regreso. 1989 palabras para un himno que solo los mudos podrán entonar en tu nombre, en mi nombre, sobre todo lo que se lleva por delante el futuro, que es una navaja abriendo la garganta del mundo.
Ella no entiende que los helechos se marchitan en su mejor estación, que la lluvia escasea a pesar de los días nublados. Por esta calle podemos ver morir al sol una y otra vez, como el recuerdo de mi padre sentado en el sillón familiar. Mientras los niños desmantelan los autos de la noche para luego ser estrellas empotradas en las autopistas.
1989 veces tu nombre subversivo pintado en las paredes de la ciudad, sin descanso hasta hoy. La policía nunca tuvo una descripción acertada de lo ocurrido. Podría permitirme, para bien de nadie, este pedazo de cielo. Ayer lo quisiste rojo. Durante todo el conflicto, a pesar de los peligros.
1989 pensamientos incendiarios en la unidad de la muerte. Sin causar disturbios entro en el día ordenado, como la mesa del comedor diario: impecable a pesar de la pólvora y las flores. Sobre las esquirlas del día, la sombra de la bestia que besa tu frente nos refresca y nos recuerda todos los estallidos que han llegado a conformar una melodía de Stravinski en su tiempo.
Siempre serás un demonio, a pesar de tus alas y de la blancura de tus harapos, me susurras al oído. Siempre serás ese pasajero que perdió el boleto de regreso. 1989 palabras para un himno que solo los mudos podrán entonar en tu nombre, en mi nombre, sobre todo lo que se lleva por delante el futuro, que es una navaja abriendo la garganta del mundo.
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