viernes, 20 de junio de 2025

Sonrisas y dinamita



No tengo dinero, ni recursos, ni esperanzas. Soy el hombre más feliz del mundo. Hace un año, hace seis meses, pensaba que era un artista. Ya no lo pienso, lo soy. Todo lo que era literatura se ha desprendido de mí. Ya no hay más libros que escribir, gracias a Dios. Entonces, ¿qué es esto? Esto no es un libro. Es un libelo, una calumnia. El mundo es un cáncer que se devora a sí mismo.
Henry Miller - Trópico de Cáncer




***




Venía buscando el origen de ese pequeño ruido. ¿Es hora, madre, de empujar la puerta contra el mundo? Enciendo la estufa en pleno verano. He notado que la luz de marzo es distinta, quizás más amarillenta, rancia, como fruta podrida en el alféizar. Pero mis manos no han tejido nada desde entonces, desde que por la ventana saltó el hijo que amabas. No pude hacer nada. Para cuando quise llamarlo por su nombre, todo era agua en mi mente. Tal vez un acercamiento torpe a su verdadera naturaleza. Ahora no me importa en absoluto. No me disgusta la sangre. No me inquietan las aves merodeando tu nueva forma.

Por la mañana ataba un recipiente con agua. En Vicuña supe que el infierno no arde: el infierno es la sed. Desde entonces arde en mi vientre alguna parte de ese lugar. Bebe. Aunque no sé por qué querrías seguir aferrada a este peso. ¿Acaso has olvidado que cuando éramos niños te movías entre las ramas y cogías para ti los mejores frutos, mientras nosotros peleábamos con las ratas?

Nada tiene por qué ser distinto ahora. Quizás te mantengas en el trance que construye un puente con el fuego. Quizás descubras que el agua también alimenta su furia.

No hay comentarios: