viernes, 29 de marzo de 2024

El militante de los jardines rojos

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He deseado hacerlo, una y otra vez, pero aun así deberías saber que no logré ser fiel a toda esa luz que se filtraba por la ventana, no. He intentado hacerme a la vida como a un madero como el redentor a su símbolo invaluable.
¿Quién hubiese sabido el resultado?
¿acaso todos aquellos quienes lidiaban con la duda en el aquel monte?
EP ha muerto, el mismo día que aprendí algo sobre aeronáutica. Ha muerto, a pesar de la multitud reunida y sus rezos, aquella tarde donde todos los caminos eran posibles, las horas pasaron y el humo cubría hasta los sueños de quienes aseguraban oír su voz
¿Un animal mítico oculto entre la densidad de la ceguera era probable?
Todo ha sido disuelto.
La nube se enfrenta ahora a los enemigos, caen uno a uno los aviones, sombras que de pronto pierden consistencia.
Deseo pensar que nada quedará cuando toda esa cálida niebla desaparezca, solo su vestido meciéndose en las ramas del viento que nos sobrecoge bajo una luz brutal, donde los árboles no son los mismos.
He tomado mi revolver sin culpa como quien toma la vida por el cuello y la arrastra fuera de casa.
Luego comenzaste a cantar y todos siguieron tu ritmo frenético.
Nada quedo después, nada.
Cuando de pronto la suerte cambió, el fuselaje de los derribados habían desaparecido.
Yo puedo ser un santo entre los fierros retorcidos.
Observa la fe que convierte el acero en una madeja dócil de lana.
La redención es posible.
Seducir los ojos de la furia a través del deseo y la impotencia.
Las espadas son en realidad peones de la voluntad.
Brillan intensamente cuando las miradas se alejan de ellas.
Puedo saber algo de ti a través de los periódicos que llegan en los barcos, puedo saberlo aun así las noticias sean ocultadas, te encuentras sola y desesperada, no es necesario anteponer la risa.


Ayer mandé a traer la cabeza de la bestia, la de un toro salvaje que aterroriza los pasillos y pienso detenidamente en tu carne mientras el cielo de Berlín atraviesa mi mente como una saeta bendita lanzada por algún dios iracundo, pero no importa, todo se ha deformado por tu voz a pesar de los gritos.
Lo que existe en tu lugar es una fiebre, una verdadera locura que mantiene los huesos unidos.
Me gusta el pasado, el sonido de esas guitarras rasgando los labios de una mujer.
En el invierno más crudo, este invierno, la nieve ha cubierto todo espacio posible, solo Rembrandt se ha salvado en sus pinturas, es una línea de pólvora
¿Ves el humo tras sus pasos?
EP en el teatro se ven los rostros, qué importa que actúen mal, ¿Has oído a la violinista Soviética? realmente pensé que era libre y pensé en saltar por encima de las butacas, desnudarme y gritar como un recién nacido, contra todos, pensé en correr por los jardines de Versalles observando todo, hermoso y metálico como un satélite espía.
Aún todo era cubierto por la niebla y sus memorias eran blancas.
Yo dejé en ellos una herida que no podrán curar.

[El militante de los jardines rojos]


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