sábado, 10 de febrero de 2024

Vamos a Camboya

Abrir pequeños espacios en el cielo, agujerear la tensión celeste, por la que tiemblan mis ojos desde tierra. Aprender la correcta respiración para el momento después de pronunciarte, ya sin calles, ni vestidos en el baile de mi alegría, sin ti. La música que habita este pequeño espacio, viene lenta, trepando las paredes, llenando la vasijas de la cocina, en la hora donde germina la rabia.

Que encuentres las palabras que calmen tu búsqueda y si la búsqueda se extiende que sea un camino, digno de ser recorrido, con un largo vestido, tan largo como la sonrisa que dibujan los niños en los cuadernos. Que la dicha sea la plenitud que encuentro a la hora de ser uno en un solo sueño.

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