Permanecer en silencio es una forma de resistencia, romper la estática del aire y su moldura absoluta, despertar nombrando nuevamente todo bajo los ojos de niño, primero mi garganta, pelada como una naranja, mis manos marchitas por la espera, mi cabeza, mi hermosa cabeza rodando la curvatura de este planeta dorado como un sueño incumplido, como una pesadilla puntal sobre lo que ya no tiene nombre.
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