lunes, 5 de julio de 2021

Julio Inverso

XVI
Ella siempre sonríe en mi recuerdo. La sonrisa es su patria. Allí la dejé. Mi sueño y mi recuerdo más antiguo (1982) es su sonrisa. Lo demás son tinieblas y vagas metafísicas. A veces hay un brillo (de los ojos), una mano que viene, refrenada y marítima (hasta podría imaginar que esa mano alcanza mi pelo). Quizás podría reconstruir, con algún esfuerzo, a aquella mujer y tenerla, nueva, y tenerla a mi lado; una mujer hecha de visiones, fervores y anhelos. Pero, al final, ella está quieta en mi recuerdo, cardinal y levemente maligna, inaugurando para mi el amor, cambiándome el curso de la era, mientras sigo a sus pies, hablando del amor, como aquella noche.

Su sonrisa me basta. No necesito saber más para seguirla amando. Pero ahora, en cambio, está saliendo el sol y me sacudo esos penosos atributos, me despojo y me levanto, a sumarme la algarabía y al concierto de las pequeñas cosas. 

No hay comentarios: