La memoria del polvo 1934.

LOS EVANGELIOS DE LA IRA

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Ojalá sea hoy.
De todas maneras siempre supe que ya era tarde,
pero ¿acaso esto significaba algo distinto para alguien?
De ninguna forma era así.
Los abismos con el tiempo llegan a ser tan comunes como la gente. 

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—Yo también tuve miedo—
Pienso, cerrando los ojos, atragantado de luz.
Las moscas sobre los cadáveres siempre me recordaron un enjambre de abejas tras una flor:
La misma belleza terrible y feroz.