Por el veneno en el canasto de frutas; por sus dulzuras.
Los niños eléctricos de Rostov
Esto es un susurro:
En un arrullo,
Pequeña, te entrego a la luz.
Deberá ser una flecha de luz,
Cuando los murmullos-
El balbuceo de los enamorados-
La encienda, ardiendo iluminada.
Osip Mandelstam (1937)
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