“uno se cruza en la vida con gente (s) que parece (n) una flecha disparada hacia la muerte, te, te, te. te servirán mis palabras en un plato de postre, para hablar de la muerte. y la vida se fue con el segundo, siempre con arroz. la proteina levantada sobre una loza de papa blanca. ofrece su pecho cosido. apurados todos quieren regresar al mar”.
Y así te encontramos en tu viaje final: intacto, bello, poderoso, sideral. fabricado con un material que nunca fue de este mundo.
((en esa caja hay un “perucito” de peluche -todo un emblema, el gran símbolo de nuestro país- reposando sobre un hombre iluminado por la serenidad y la gracia. sobre su rostro ha aterrizado un nazareno radiante. el cadáver más bello del mundo está en esa caja. allí viaja un àngel de marfil)).
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