martes, 7 de septiembre de 2021

Un niño sobreviviente de Rostov, 1453.

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Volver a casa. A esa casa que ahora son cenizas. Ya lo habías mencionado. Atrás de lo que fue un reino para nosotros ha crecido un bosque. Sin casa alguna no sabemos quien fue el que terminó por huir. Solo dimos los pasos suficientes. Sabemos que una casa puede convertirse en un desastre. Una prisión adorable. Con el tiempo se extraña la presión en las muñecas y en los tobillos. Hubiera preferido quedarme con el recuerdo excitante del fuego y no con las cenizas.
Uno entiende que no puede levantar una casa con el humo disperso.
Uno nunca entiende que es una casa.
Uno espera conocer la levedad de las cenizas.
Uno busca con el tiempo otros reinos.


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