viernes, 25 de septiembre de 2015
Día 25: La resistencia del humo.
No sueño. He dejado que deambule por el jardín por la noche. No sueño por el ruido de los molinos que mueven su voz. Por la mañana he despertado en contra de la voluntad de todos. No he encontrado ni cigarrillos ni encendedores. Solo el humo sólido, vertical. Empiezo a ordenar las escenas, al hacerlo unas se llevan algún rostro de otro plano, una voz, imperceptible pero decisiva en el momento de visualizar el edificio en pie. Los noticieros no informaron ningún evento sin embargo yo los vi caer desde sus ventanas. Siendo más grito que cuerpos. Ángeles temerosos pensé, torpes y cobardes. Una joven suicida sobre el capote de un auto acapara la atención de la luz. Pero antes de pensar en sus mejillas debes resolver tu encuentro. Debes pensar en el alineamiento de los planetas en el espacio debes repensar el rezo de ese satélite rozando la tierra. Toca inmediatamente la puerta solo para marcharse, para entenderse lejos de aquí. No sueño. Intento alguna colisión posible en el transito nocturno. Pero es tarde. Los gritos cayendo lo repiten es tarde y no sueño. Vuelvo al jardín. Es luna roja. Espero pacientemente que me sorprenda. Esto es pesado. Otra gravedad gobierna este silencio. No sueño en el jardín las flores se mueven como viejas antenas de transmisión. Señales de vida. No sueño.
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