viernes, 29 de agosto de 2025

La dimensión de los árboles: Johatsu




DISIDENCIAS ABSURDAS: EL MONO QUE SOÑABA BAJO EL RÍO



Somos una estrella que se multiplica 
mitad ceniza mitad latido.




¿Quién será mi refugio, bajo la constelación de la ruina?
¿Quién mi respiración, suspendida en el filo del aire?

Para este preciado derrumbe de pieles, de escamas de cielo,
mientras susurro a mis órganos:

el único requisito para morir es estar aquí y en todas partes.

¿Y nuestro latido mutuo, persistiendo en la fractura?

¿Y las raíces de nuestra mesa viajando al corazón de la tierra,
desgarrando la trama que sostiene el día?

Donde el humo hierve y quema la palma de nuestros pies al momento de rozar el cielo,
Y la clavícula enterrada para justificar lo evidente y definitivo.


¿Dónde nosotros?

domingo, 17 de agosto de 2025

Teatro para sonámbulos

LA IMAGINARIA LINEA ANIMAL


"El cielo es una trampa tendida 
a las bestias que buscan beber de él."


[983]

Pequeños suicidas: hambriento, el sueño muerde la carne y venera, en su locura, este finísimo hilo de claridad que desciende a besar la espalda de los cielos.

Así, estos ojos dispondrán el orden de las partículas que solo sabían de espejismos, y revelarán la materia verdadera —la soñada—, lejos de toda pretensión humana.



[234]

Con la expansión de mil pistones se enciende el mediodía. En mi corazón otra estación se dilata; bajo las partituras de Bach tu voz aplaca los motores. Otra vez es hoy bajo la sombra del antiguo Antonov que aún sostiene vuelo en la memoria. Quisiera disipar todo pensamiento que anida las fisuras de una voz apenas rozada por lo humano. Atrapado en el movimiento secreto de una gran cordillera, te levantas de un sueño sin fondo. Te levantas alternando los colores del trago más dulce en los ojos del mundo.

Tu última apuesta la arruinaste por completo y aun así eras feliz, como un niño que halló a su padre después de atravesar todos los miedos. Tu última apuesta tenía un sabor a carne quemada entre sogas y flores incandescentes. Llevaba un nombre irrepetible y un destino incierto: esa gracia sostenía tus derivas. Príncipe purísimo de la dinastía del agua, tu última apuesta te abrió los ojos como el sol a todas las ventanas de esta ciudad que se hunde.

viernes, 15 de agosto de 2025

El filo de la voluntad





Hemos dado las vueltas suficientes al mundo. Hoy más que nunca no tenemos miedo de ser un color que nadie pueda ver.




[876]

Los ángeles vuelan regalando sus sonrisas a precio de ocasión por los mostradores del mundo, con sus hermosas mentiras, por las piedades que nos permitimos cuando cerramos los ojos para desaparecer el mundo, una y otra vez, intentando dar con ese color imposible. Así fue desde siempre, ya deberías saberlo, no apoyarse en esta bella casa que lleva un grandioso letrero que dice "Posible derrumbe", así evito dar contigo en mi cabeza y te busco en los mercados, en los pasajes de frutas, intentado olvidar camino con tu nombre entre mis manos, siendo el malabarista más diestro en su torpeza. Ya voy ir, voy a subir por los escalones que dibuja cada recuerdo echado a perder. Ya voy ir, voy a subir.
Por nuestro derecho a ser monstruos, te dejo aquí, en el lugar más preciado para mi, pero del que deseo estar muy lejos.

jueves, 7 de agosto de 2025

La misa de los animales

CARTA DE "LA DIVINA FAMILIA" A POLANSKI

Domingo 30 de noviembre de 1969.  


Yo lo imaginé en algún incendio.
Un himno que tarareamos cuando el cielo empieza a caer:
Tengo cicatrices donde debería tener medallas, 
porque nuestro no era el reino sino el exilio.

*
Era mi sueño más nítido, quizás la premonición de un futuro ya distante. Ahora otros son los miedos, otros los colores de la infancia.
¿Qué es una casa?
Me pregunto cuando miro mi cuerpo saliendo del mito de la felicidad.
Ahora que el vapor de la manzanilla y la valeriana han desaparecido la mesa familiar. 


ÚLTIMO ACTO O CAÍDA


Si reproduces la vida te perderás entre tus propios jardines. Exactamente en el polo opuesto se blanden espadas sin razones. ¿Acaso no hay nada más hermoso? Un eco mítico recorre la ciudad —los animales hablan— los escucho sin miramientos, los escucho porque sus ojos arrastran alguna muerte, los escucho porque sus hocicos enormes engullen mi cabeza, los escucho porque arrancaron mis orejas cuando era niño y volaba entre sus dentaduras, finísimo, un hilo de oro sustraído al sueño, los escucho porque las espadas son rápidas y mi corazón un señuelo, porque lo hermoso avanza como una maquinaria que cercena las cabelleras de quienes corren absorbidos por el juego en infancias sin retorno. La brisa del Pacífico agita banderas invisibles en un solo ojo que retiene una tormenta. Yoshio Sano no solo es director cinematográfico, también es un asesino; ama el diálogo de los animales cuando se encuentran perdidos en la noche.



miércoles, 6 de agosto de 2025

SAVAT: LA IGNORANCIA DEL MUNDO



EL SUEÑO DEL OCEANO


A veces pienso en la inmortalidad,
la siento, aunque dudo muchas veces,
aunque la vida ya me lo haya comprobado.





La violencia de lo inútil había tomado un lugar en el camino. Las viejas amistades habían sido reducidas hasta extinguirse.
Cartas y letras de cambio, sin sentido.
¿En qué instante permití que todo esto sucediera?

Mis pasos a destiempo habían sido reemplazados por un mecanismo de precisión suiza, una ironía cruel contra todo lo construido, contra todo lo arrasado, contra la idea misma de permanencia.

La realidad detenida en fotogramas intercambiables.
La música debe ser la consecuencia de un orificio secreto en la nuca.
Yo también he soñado ser un animal en proceso de desaparición.
Y he dejado que se agite mi sangre, poseída por el influjo de un astro que miente con una belleza que no se puede evitar.
Me dice que sí existe una promesa sin cerradura.

Ahora mi corazón es la pulsación nostálgica de un cuásar que dicta mensajes ilegibles, flores no descubiertas, aleaciones no fatigadas por la duración de los metales.

¿Paranoia?
No, cariño, te equivocas.
El mundo no es un carrusel de luces y criaturas girando en un recuerdo estancado.
Recuerda que los espejismos alimentan estas ganas de arder, del mismo modo en que el deseo tiende una cuerda que a la vez es un puente.
Tómalo si quieres.
Al fin y al cabo, este espectáculo de lámparas chinas termina.

Las historias de amor se parecen a los tráilers de terror,
sobre todo en el instante en que nadie sobrevive.
Cuando muere toda la multitud que hay en mí y queda ileso el más estúpido.
Ahora te observo con el asombro de quien contempla un anime japonés e intenta descifrar su lenguaje sin éxito, pero queda atrapado por la belleza de las secuencias.

Ahora puedo decirte que te recuerdo con la fascinación de un niño ante su primer incendio, y su obstinación por fundirse con esa criatura ardiente.

Hoy no tengo palabras.
Pero puedo hablarte sobre las historias de amor,
en especial de sus fracasos.

Ayer pensé en la fragilidad de nuestra cocina,
cuando cayeron un jarrón y un cuchillo de hierro.
Fue inmediato pensar en salvar su delicada estructura de porcelana china.
El orden natural de las cosas obliga a proteger lo frágil;
los más duros estamos condenados a quebrarnos.

Digo esto sin aire heroico ni impulso paternal.
La casa está vacía ahora,
aunque nunca tuvimos una.

martes, 8 de julio de 2025

Turista de los buenos tiempos

HE REGRESADO DE UN SUEÑO OSCURO
AFTER VIDA



Sólo es hermoso el pájaro cuando muere destruido por la poesía
Leopoldo María Panero



Pues todo lo que toque mi cuerpo arderá.
Así los sueños se hicieron peces.
Todo lo que me roce arderá.
Así en los sueños flotaron peces muertos.

Deletrea tu angustia.
Tu calma.
Tu ira.
El renacimiento de tu hijo.
De nuestra madre en tu vientre.

Imagina.
Arde.
Ayer fuimos la corona de espinas.
Una ciudad sitiada por la sangre.
He llegado con este ejército de fantasmas.
Ellos me habitan.
Volvieron este circo un rostro.
Lenta agonía.
Panes multiplicados en los ojos del hambriento.
Qué lengua incierta me conduce hacia tu corazón.

Automatismo místico en la hora del lobo.
En la cordillera vertebral del mundo.
Es fuego — dices — mientras te purificas.
Es una oración en contra y a favor de los míos.
Infortunio y ceguera en el jardín de los maniatados.

Ya no soy un hombre.
Animal despreciado.
Derrotado.
Mira este cementerio que dejó la vida.
Cruces.
Guerras.
Soñaba este planeta azul.
Los míos: soles.
Lágrima a lágrima.
Metal caliente sobre la herida.
Derramé mi aliento.

Levantó las manos.
Se echaron a andar los bosques.
República de sabotaje.
Boicot a favor de todos.
En contra de todos.

Semillas en mi corazón para deshacer el plástico.
El plástico que amo: Warhol.
El moscardón azul anunciará su muerte.
El moscardón azul, al amanecer.

Así el corazón en llamas, de nuevo.
Contra ciudades de hielo.
La magia exacta en el momento equivocado.
Los cantos se hicieron oraciones.
Las oraciones se hicieron muertos.
Aun así se lanzaron contra mí.
Así fue.

Mira este desierto que dejó la vida.
Mide el calibre de este silencio.
Ya no pienso en mí cuando escribo que moriré.

Pobres de ustedes cuando el sol engañado no vuelva a salir.
Pobres los pobres.
Pobres los ricos.
Pobres nosotros.
Mi yo sentado en la cima del Himalaya.
Congelado para no volver a sentir.

Hace mucho fuimos una especie.
Hace mucho — pienso —
mientras mi hermano apunta su impotencia en mi cabeza:
Libérame.
Libérate.

Así volvimos a los árboles.
Y los árboles huyeron de vuelta a la semilla.
Alambradas conteniendo la bestia pura.
Hacia el borde del acantilado donde nadie pasa.
La vida respira otro aire.

También lo pensé: aparecer en la noche con todos los alimentos.
Con el traje brillante.
Eléctrico.
Lo pensé alto.
Sacudir el polvo galáctico de sus cabellos.
Orquestar la revolución.
La lucha de las máscaras.
En torno al fuego.

Él nos dio la palabra.
Nosotros un lago lleno de velas.
Así se construye la catástrofe.
Sobre mi hombro.
Ya no estaré aquí cuando tomen al otro sobre el hombro.
Cuando levanten el cadáver.
Mi corazón se detendrá.

El sueño de los estúpidos: La verdadera luz

LA PRIMERA LLEGADA DE FU


"Qué implacable, qué fría, 
qué inmunda bestia puede haber agazapada en el corazón de la mujer más frágil"

E. Sábato





[854]

¿Sabes? Esta es la ruta más corta para huir de la ciudad. Agarra tus harapos y a esa única amante que supo mirarte fijo sin bajar la vista. Apenas apagues esas voces — pitido agudo, masa que refuerza la mentira mugrienta de esta ciudad — verás cómo las luces desaparecen detrás del retrovisor, como tu corazón encogido. Déjalos girar, míralos girar, yo los hago girar mientras me hermanas con la negrura que les roe la cabeza.

[632]

¿Sabes? Vas a aparecer como esos milagros que obligan a la gente a reptar sobre el asfalto caliente. Me rogarás que deje escapar el humo viejo atascado en tu pecho. ¿Conoces ese camino? También podemos tirar las estrellas al polvo, dejar que se revienten contra la sombra que nos come vivos. Masticar el día como pescado crudo, espinas perforando labios, sangre en la risa, carcajada rota. Yo vi detrás de esa luz horrenda el brillo que guardaste por vergüenza.

[345]

¿Sabes?
Ni las sombras quisieron anudar sus piernas aquella noche en callejas pintadas de cal. No tendría que invocar la noche ni sus criaturas podridas — ellas beben y cantan porque quieren. Quizá estoy loco, quizá busco el vértigo de su rastro. No solo las ratas se revuelcan en vertederos, en los bordes podridos de los ríos; hay otros, espantados de la luz, que se entierran bajo la costra. Ese fuego no es tu fuego. Por eso apenas nos cruzamos. Aprendí de ellos: me pierdo en su estela, me dejo atrás, salto el filo; la luz me desnuda, la máscara cede.
Otro es el murmullo del río, otro la respiración de las bestias nocturnas.