lunes, 7 de septiembre de 2015

Día 6: La apariencia de Liu

Yo podría haberlo explicado mejor. La hierba había crecido mucho desde la última vez que nos sentimos humanos. Tenía muchos nombres para ti, quizás lecciones que no debí olvidar volvieron brillar de forma horrorosa.
Ahora espero que se parta el cielo y descienda la luna como una hostia sobre este jardín.
La pólvora ha dejado su rastro en la noche.
Fuimos animales hermosos hasta que nos brotaron los ojos.
Yo puedo corren hasta alcanzar la luz que probablemente reflejamos en las calles sin esperanza alguna.
Puedo tomar tu mano y escribir la historia de los hombres sin ningún arrepentimiento, a pesar de toda la noche negra que cae sin remedio.
Porque las últimas formas en las que nos dimos por muertos eramos elementos inestables.
No olvido el jardín que a pesar de la guerra siguió contrastando con el mundo que habíamos creado, contrastando con las máscaras con las que asistíamos ante los deseos enfrentados.
También nuestras voces se unieron para ser el mítico grito de una quimera que había enfrentado a su propio corazón.
Yo puedo hablar a través del agua y retorna de su viaje por el mundo.
No negaré esta ceremonia en la que el fuego lame cada partícula ni el las manos que tiemblan a pesar del sol que destruye todos los mitos que hicieron inigualable esta melodía.
El cielo vuelve a iluminarse, los rotores de los helicópteros rugen como recién nacidos.
La hierba ha cubierto todo lo atroz.
Puedo ser ese dios que órbita sin sentido
El ojo obsceno que urga los basurales de la conciencia.


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