lunes, 27 de mayo de 2019

Sin rumbo

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Madre, mi corazón es un avispero, tengo una semilla en la cabeza que dio frutos buenos, pero todos me dicen que están podridos. Ya no sé cual es el ruido que debo seguir.
Madre que rama debo cortar, o mejor aún cual raíz?

domingo, 26 de mayo de 2019

Un mundo sin nombre, 1532.

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Los pescadores de Yu, suelen encontrar al salir el sol, uno que otro cuerpo varado en las orillas, hablan sobre los cuencos de sus cuencos vacíos de sus ojos, otros quedan atrapados en las redes que cuelgan de sus pequeñas embarcaciones. Ellos fueron atrapados por una turbulencia de colores, al inicio de la nueva luna. Hay gente que lo ha dado todo por ellos pero se aferran a una posibilidad imposible, el vértigo, cuando una planta crece en sus vientres, procuran para su salud toda clase de detergentes, incluso ácidos que los tiene retorciéndose en la tierra como si fueran una raíz que busca entrar hasta el centro del planeta mismo. Los Pescador de Yu dejan los cadáveres en las montañas y esperan que bajen los cangrejos a despellejar sus miedos aún intactos en sus nervios.
Yu festeja este festín con los labios rojos y tazones de arroz de la mejor temporada, mientras los cangrejos acaban con los nudos de un mundo sin razones, con las arcos tensados de sus deseos.

sábado, 25 de mayo de 2019

Días quebrados

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¿Dazai, recuerdas la primera vez que nos vimos?*
¿Porqué crees que guardó el secreto de quien yo era?
Lo único que sé es que no debió ser fácil hacerlo.
Especialmente esconderlo de ti mismo
Pero aún así no puedo perdonar.
Viviste un infierno
Pero ese infierno ayudó a criarte correctamente.
¿Dazai, qué es esto que siento?
¿Qué es este sentimiento?
Nadie puede ponerle nombre a lo que siente otro ser humano.
Sería presuntuoso.
Pero lo normal es que cuando algo de uno muere, llore.

sábado, 18 de mayo de 2019



 
[...]
Porque a pesar de todas estas muertes sucesivas, de la idiosincrasia del agua y todo objeto celeste. Me cuestiono este cúmulo de nubes en el pecho. Este despertar en cada gesto que me empareja con la muerte. Pues debido a ello puedo descansar esta turba de colores en la hierba. Porque a pesar de ser cierto, de creer en la supremacía del oro bendito de tus alucinaciones, a pesar de todo esto, puedo hundirme lentamente en el sueño de los metales más preciados que gravitan en to
rno a la idea fabulosa de tu existencia eléctrica. A pesar de la muerte misma que se instala en este reino donde los pájaros se estrellan a tus pies, confundidos, como yo en este instante donde se quiebra el universo. He pasado días pensando que hueso le corresponde al esqueleto de esta galaxia. Y no he hecho más que sentir mi corazón de terciopelo consumido por lo verdadero. Doy vuelta a mis bolsillos como si de mi propia piel se tratase, para encontrar las flores que recogí durante estos últimos años. Le doy vuelta a mi alma que regresó esa noche. Y la tiendo al sol, es una sábana blanquísima brillando bajo todas las constelaciones con nuestro torso tatuado, al igual que el manto de Turín, que a pesar de ser una mentira, es la mentira que más amo, de mirarla con los ojos del pequeño que era a través del fuego y se perdía en ese trance inacabable, de caballos cabalgando fuera de los reinos de la muerte, que anhelaba ser una aurora boreal en los confines de la conciencia, a veces mía a veces la de un colibrí con la fortaleza de un toro de Lidia. Que viste de sangre en su cuerpo de campos verdes. No podría darle nombre a este río del que todos hablan, a pesar de su transparencia, a pesar del lodazal que odian y donde florecen los nenúfares que nadie ve. El sol cae junto a la mentira que enarbolo, que blande tu aliento. Al unísono de una estructura mayor que desconozco pero que hace vibrar mi futuro, y me concede un golpe contra lo que temo y es a su vez lo más sagrado que no ha dejado de acompañarme cada noche.
A ti por todas las razones. Aunque ninguna sea suficiente y verdadera.
Cuba - Trinidad, Invierno del 2019