martes, 31 de marzo de 2015

La decapitación de Lot

No descansamos, no. Ayer hablamos toda la noche mientras los dientes se nos caían, mientras los sueños dejaban de atormentarnos. Ayer descubrimos minerales valiosos en la veta de nuestros cuerpos. Intentábamos hablar, todos los que nos vieron en aquel momento saben que hicimos el mayor esfuerzo, quizás no pudimos avanzar porque los cristales de los edificios se desprendían y no podíamos alejar los ojos, no podíamos dejar de bailar mientras todos gritaban. No podrán alcanzarnos, no podrán escribir sus números en nuestras frentes, no podrán, no.
El amanecer no nos alcanzó, te digo esto porque aún, escucho tus pasos entre los árboles que no tienen sombra, no pudieron alcanzarnos. Solo pedíamos que no cesarán las sirenas policiales.
¿Viniste sola a este entierro? Mi botella está medio llena al igual que mi corazón. Mi alma está por debajo del nivel del mar y puedo respirar este soberbio humo. ¿Bailamos? El sol no nos alcanzará.
La electricidad no tardó en tirarnos al suelo, no tardó, porque nunca tardan las balas, porque siempre son puntuales, por eso todos aquí amamos su brillo. ¿Alguna vez tragaste un anzuelo? Yo siempre fui un pez, un pequeño pez dorado en el estanque de la vida que se ha detenido. El sabor metálico es indescriptible. Ahora toma mi mano y sumérgete, vendrán a hablarte que tenemos un espíritu que debemos resguardar, vendrán con sus ojos apacibles, vendrán y querrán desnudarnos. Mi espíritu hace tiempo que huyó, hace tiempo que decidió conocer la ciudad por su cuenta. Disculpa pero ellos querrán marcar mi frente, pero la única sonrisa que poseo los aterroriza, la única moneda que brilla en el fondo de mis ojos ya está desgastada por todos los deseos que nunca se cumplieron.
¿Deseas bailar? La noche no nos alcanzará, la canción no se detiene, canta como si todas la aves de las playas de mi memoria emigraran, canto con ellas y por ellas. canto con mi voz quebrada. Bailemos antes que la electricidad vuele la casa, bailemos hasta que podamos salir montados en el humo que se levanta, bailemos en los ojos de los niños que aprenden a creer en en la magia de esta raíz prohibida, bailemos en los subterráneos amordazados. A fuera el sol ha empezado a girar, el sol demente que quema los lomos de los que no tienen este vínculo con el cielo. Vamos a bailar hasta derribar el sol, vamos a encender luces de bengala, vamos a llenar de nuevos nuestras botellas, sabemos que no debemos volver, debemos olvidar el camino, debemos correr por los desiertos.
Podríamos hostias en tu boca y la levadura en tu cabeza. Todos corrieron por los campos minados y gritaban de felicidad. Todas nuestras monedas desgastadas sin que si quiera hayan perdido su brillo inigualable se enfrentan al cielo. Mira todos los deseos que golpearon su forma.
Bailemos sobre este camino que termina bailemos sus escombros, bailemos este nudo en la lengua.










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